Sin Dios

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Sin Dios. Diciembre 2002 . Revista Todas las Novedades.

Arte comprometido

Los inicios de Sin Dios se remontan al año 88 y, de aquellos días, sólo Pepe se mantiene en la formación. Se trataba de ser la voz de los ideales anarquistas que inquietaban a unos cuantos jóvenes madrileños; no era sólo punk-core para una noche de borrachera. Eran también colectivos antimilitares, distribuidoras alternativas, centros sociales, conciencia, lucha…

Para quien no conozca los trabajos de Sin Dios pasaremos a la descripción de, por ejemplo, este último álbum, “Odio al imperio”, que ya es el quinto (“Guerra a la guerra”, “Ruido anticapitalista”, “Solidaridad”, “Ingobernables” y una lista increíble de singles compartidos amén de una peli de VHS en directo). Para empezar, es evidente que al disco lo acompaña un libreto: “Si os referís a la mezcla, más bien unión, de un libro y un CD la respuesta está en nuestra concepción de la música como forma de transmitir ideas. Nosotros creemos en el arte comprometido con la realidad social. Despojar al arte de esa implicación equivale a concebirlo como producto de compra y venta, como artículo de consumo sin más. Para nosotros la música, como cualquier otra forma de arte o cultura, nos resulta demasiado preciada como para dejar que los amos de la industria la manipulen y especulen con ella. Y, volviendo a lo del libro, ésta es la manera que consideramos más eficaz de comunicar ideas y tratar de que éstas no se conviertan en consignas fácilmente asimilables sin pensar al son de una melodía. En los libros que acompañan a nuestros CDs intentamos ahondar, en la medida de lo posible, en los temas que tocamos en las canciones. Una veces escribimos nosotros y otras pedimos a gente relacionada con dichos temas que nos escriban algo”. Otra etiqueta distintiva es la de “no pagues más de…”. Esta vez hablamos de 7,2 euros. “Las cuentas salen perfectamente. Nosotros calculamos los discos que esperamos vender basándonos en anteriores referencias y, sobre esa base y el precio al que queremos vender, vemos la viabilidad de grabar en donde queramos y hacer tanto el disco como el libro con los medios disponibles. No sólo no perdemos dinero, sino que de esos 7,2 euros se deja un margen entre el 30 y 40 por ciento a distribuidoras y, además, sale algo de beneficio para reinvertir en los próximos proyectos”. Terminando con el exterior, siempre se exhibe una exquisita y directa parte gráfica: “buscamos en periódicos, libros, fanzines, etc. Cuando llega el momento de diseñar el libro hay que ponerse a buscar imágenes por donde sea. En nuestro local, La Idea, hay gran cantidad de publicaciones que nos sirven de cantera para la elaboración del libro. También visitamos a nuestros amigos de la Fundación Anselmo Lorenzo, donde se encuentra el mayor archivo sobre anarquismo de toda España”. Una vez metidos en faena comprobamos que cada canción tiene su réplica en un texto, una especie de explicación a cada tema: “Al igual que las fotos, éstos los buscamos comiéndonos la cabeza de una forma parecida. Nos reunimos y pensamos: ‘¿Qué canciones queremos que vayan con un texto? ¿Qué textos nos trabajamos nosotros y qué textos se lo encargamos a alguien?’ Y, finalmente: ‘¿Preguntamos a Fulanito si puede escribir para esta canción?’ Así les damos a esas personas la letra de la canción y a veces un poco la dirección que queremos en el texto”.

Esta vez se han desplazado a Holanda para grabar, concretamente a Utrecht, a los Bunt’s Estudios bajo las ordenes de Menno Baker, una leyenda del hardcore europeo. “Grabar fue rápido, ya que el método de trabajo de Menno es muy directo: nos ponemos a tocar juntos, y a la vez, y él graba todo. Cuando siente que, por fin, hay energía salva la toma y, sobre la misma, doblamos guitarras y metemos voces. Normalmente, en las grabaciones, aunque toquen todos juntos, se va grabando primero la base rítmica, después el resto de instrumentos y, por último, se mira con lupa cada pista limpiando los errores al detalle. La propuesta de Menno es radicalmente diferente y consiste en grabar la energía de un grupo en directo: aunque haya tomas con fallos, si tienen energía, merecen la pena más que las que están perfectas pero carecen de frescura al no tocar todos juntos”.

Su estilo, ruidoso, rotundo y agresivo, se explaya a través de las quince composiciones que se esconden en el compacto, piezas llenas de consignas que denuncian con rabia y aliento más allá de las fronteras geográficas. Sin Dios se mueve por unos canales alternativos que, como veréis, no son tan minoritarios ni localistas como parecen. “La distribución que hacemos es mayoritariamente por canales alternativos, es decir, distribuidoras con una impronta política muy marcada. También, una vez editado un disco, lo movemos por canales comerciales que respeten nuestros precios finales, pero éstos mueven una cantidad pequeña en comparación a la distribución alternativa, ya que son muy pocas las tiendas que tragan con nuestros precios y porque a este canal lo pasamos una vez que han transcurrido algunos meses desde la edición. Se trata de dar prioridad y trato de favor a la distribución alternativa. La media de copias vendidas en la península sobrepasa las quince mil, aunque alguna vez hemos vendido más. Lo que ocurre también es que, cuando sacas un trabajo nuevo, por inercia se venden los anteriores, así que de los primeros que hicimos podemos haber sobrepasado las treinta mil copias. En total, desde 1990 se han editado más de cien mil copias de nuestros discos. Fuera de España editamos los discos con sellos de nuestra misma práctica e ideología y, salvo en Alemania, que se edita una media de tres mil copias por referencia, en México, Brasil, USA, Argentina y Uruguay se editan de media mil o mil quinientos. Con el último disco vamos a ampliar esa difusión además en Polonia, Israel y Chile”.

Como profesionales de la distribución alternativa nos ofrecen su opinión al respecto de la piratería que mantiene en jaque a la industria discográfica oficial: “Acerca del tema tenemos una canción en el último disco que se llama ‘Piratéalos’ y habla de la piratería como respuesta al abuso que, de los precios de los discos, hacen las corporaciones que dominan el mercado. Nuestra propuesta es la música como un bien social, asequible a todo el mundo. Con los precios que hay actualmente la música se convierte en un artículo de lujo. Con las nuevas tecnologías (grabadoras, Internet) la música se ha podido ‘democratizar’ un poco al poder llegar a gente de muchos sitios y de todas las clases sociales. Acerca de los vendedores ambulantes, nosotros vemos mal que una mafia se aproveche de ellos y les tenga en la calle muertos de frío vendiendo, pero no lo vemos mal porque lo que vendan sean discos piratas, sino porque entronca directamente con el conflicto social que supone la marginación, explotación y trato brutal que reciben los extranjeros pobres al llegar a este país. Los más irritados en este país con el tema de la piratería son los buitres de la Sociedad General de Autores, unos señores que actúan como autoridad publica sin serlo y aparecen en todos los eventos musicales para cobrar el impuesto reaccionario aunque los grupos que toquen, como en nuestro caso, no estemos en dicha sociedad”.

Finalmente les pedimos un balance de sus últimos movimientos. Para Sin Dios, cruzar el charco o rular por Europa (hace nada fue Inglaterra y Alemania) son cosas cotidianas: “En septiembre nos fuimos a Japón, donde ofrecimos dos conciertos y una charla sobre punk y anarquismo. Esto lo organizó el Anarchism Publishing Comitte de Tokio y nos invitaron para la presentación de uno de los libros que editaban. Estuvimos una semana donde, al fin, pudimos hacer algo más que tocar y viajar: conocimos los locales y la gente que se mueve en el anarquismo, el movimiento sindical y antiglobalización, y nos quedó tiempo para conocer museos, la vida en la calle, su gastronomía y costumbres. Brutal. Ahora, en octubre, hemos tenido un concierto en Ginebra y dos en Francia con la banda francesa Cría Cuervos, y en noviembre estaremos dando cuatro conciertos con la banda holandesa Makiladoras en Holanda y Bélgica. El año que viene pensamos hacer un par de giras por Iberoamérica y centrarnos más en tocar por la península, que lo tenemos un poco dejado”. Y, aunque la idea sea lo importante, les pedimos una reflexión sobre su estilo musical: “Ha evolucionado hacia un mayor control del estilo que adoptamos. No hemos cambiado de rumbo (tan sólo lo hemos mejorado), pues la música que más nos entretiene para envolver el mensaje que damos sigue siendo el punk y hardcore”.

Turrón & Babas

Puedes ver la entrevista en su sitio original

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